Hace ocho años, el astrónomo Peter Tuthill, de la Universidad de Sydney, descubrió a 7.000 años luz de la Tierra un sistema binario de dos estrellas denominado Wolf-Rayet 104 (WR104) en la constelación de Sagitario.
Hasta aquí nada en especial, salvo que Tuthill y su equipo han publicado en The Astrophysical Journal nuevas imágenes de WR104 tomadas desde el telescopio Keck en Hawai que les han preocupado: El eje de rotación de WR104 apunta directamente a la zona por donde transita nuestro sistema solar, por lo que la Tierra podría recibir los letales chorros de rayos gamma que emitirá la mayor de las dos estrellas cuando explote y se convierta en una supernova.
Sin embargo, la distancia a la que nos encontramos, el hecho de que tal explosión pueda suceder dentro de cientos de miles de años y de que no estén claros sus efectos reales hace que no tengamos que preocuparnos, como algunos expertos indican.
Artículo publicado en QUO
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