Lo dicen los científicos. Ya habían previsto el atentado en Nueva York y el Katrina.
LOS ANGELES. AFP
Hace cuatro años, antes del 11 de setiembre, la Agencia Federal de Gestión de Emergencias detalló las peores catástrofes que podrían golpear a EE.UU.: un atentado terrorista en Nueva York, un huracán en Nueva Orleans y un gran terremoto en la costa oeste. Las dos primeras ya ocurrieron.
Con más de 300 fallas sísmicas activas en el sur y la falla de San Andrés, que mide más de mil km de largo y profundidades de 16 km, atravesando el Estado, California es una bomba de tiempo sísmica. Y todos los californianos temen a "El Grande", como comúnmente se denomina a ese terremoto por venir.
"La posibilidad de un terremoto de grandes magnitudes es una certeza", sentenció Lucile Jones, jefa de la división de California del Servicio Geológico Nacional. "Puede suceder mañana, la semana próxima o cualquier día en los próximos 100 años".
Según los científicos hay una probabilidad de 62% de que ocurra un terremoto de magnitud 6,7 o mayor, capaz de causar daño extendido, en la región de la Bahía de San Francisco antes del año 2032. El riesgo para Los Angeles es apenas menor.
De ser así, las imágenes terribles por el paso del huracán Katrina en Nueva Orleans podrían parecer baladí al lado de las que dejaría ese sismo en las áreas superpobladas de Los Angeles o San Francisco.
Un terremoto en el area de "Los Angeles podría dejar entre 3.000 a 18.000 muertos, 142.000 a 735.000 personas sin hogar y más de 250.000 millones en daños", vaticinó un estudio del Servicio Geológico. Si San Francisco "volviera a ser azotada durante el día por un terremoto de magnitud 7,9, como en 1906, unas 5.800 personas perderían la vida", señaló otro informe.
En los últimos años el Estado fue sacudido por terremotos, como el de 6,9 grados en la escala Ritcher que azotó Loma Prieta (85 km al sur de San Francisco) en 1989, con un saldo de 63 muertos; y el de Norhtridge (30 km al noroeste de Los Angeles), de igual magnitud, que mató en 1994 a 57 personas.
Tras ellos, California ha tomado serias medidas en edificios, escuelas, carreteras y hospitales para prevenir un desastre mayúsculo. "Pero aún queda mucho por hacer", dijo Jones.
Sumida en una gigante crisis fiscal, California no pudo invertir los fondos necesarios para combatir a "El Grande". A ello se le suman las acusaciones de legisladores estatales contra el gobierno federal de invertir casi todo el dinero de emergencia en su campaña anti-terrorista.
Según Jones, "8.000 escuelas públicas y 900 hospitales en California no están en condiciones de enfrentar terremotos".
Y aún quedan en el Estado "40.000 edificaciones construidas en base a hormigón armado no elástico", un material que no soporta movimientos y que era utilizado en los años 50.
Quizá una de las peores pérdidas para California sería el agua. "Somos un desierto e importamos agua vía tres acueductos que cruzan la falla de San Andrés, esto implica que podríamos quedarnos sin agua potable", advirtió Jones. Ante este pronóstico, aconsejó prepararse o ... irse del Estado. "El consuelo que tengo para las personas que viven aquí es que nuestros servicios de emergencia han pasado por varios desastres naturales. Y en estos casos la experiencia sí importa", añadió.
Tomado de: http://www.clarin.com/diario/2005/09...do/i-02601.htm
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