Cuando tu vida es una mierda
by Adolfo Zableh, 15/03/2012
Cuando
tu vida es una mierda el primer requisito es no saber por qué la odias.
Te vuelves intolerante a todo. Así tengas salud, trabajo, familia,
amigos, amor, terminas odiándote porque la ropa no se te ve como a los
modelos, o porque el semáforo se pone en rojo cuando es tu turno de
pasar.
Yo
me odio y no sé por qué. Es una forma de tristeza, supongo, tristeza
devenida en furia. Me da lástima que la vida no sea lo que yo esperaba
(es difícil nunca he sabido qué espero de ella). Yo pierdo el control
cuando me levanto y me pego con la pata de la cama, o cuando orino por
fuera del inodoro pese a hacer mi mejor esfuerzo. Reacciono mal cuando
abro la ducha y la presión del agua es baja, o cuando como y me riego
comida sobre la ropa.
Tendría
que verme usted cómo me pongo cuando se enreda el cable de los
audífonos, que es todos los días. Parezco un loco, podría matar a
alguien de tanta rabia. Yo creo que soy digno de ser estudiado por la
siquiatría porque mis reacciones son desmedidas. Pero no es la pata de
la cama, ni mi puntería, ni la presión del agua, ni el cable del
audífono; es mi vida. A veces llego a casa y me dan ganas de llorar
porque no hay una mujer y unos niños esperándome. Pero así es mejor;
terminaría golpeando a mi esposa y asustando a mis hijos.
Algo así pasa con Transmilenio. Nadie entiende qué pasó la semana pasada, más allá de lo evidente, quiero decir. La gente empezó a quejarse por el mal servicio y todo se salió de control. bit.ly/AuO8hL
Pero
no era contra Transmilenio que protestaban. Cuando las cosas van mal,
protesta contra el sistema; el asunto es que no sabemos cómo hacerlo.
Ignoramos qué es el sistema, quién lo maneja. Nos ha quitado nuestro
dinero y nuestro bienestar, pero poco a poco, sin violencia, casi con
elegancia. Nuestra respuesta es romper estaciones de Transmilenio. A los
que hacen eso se les llama vándalos, a los que manejan el sistema, en
cambio se les llama banqueros, o políticos, según el caso. Son igual de
vándalos, pero saben cómo salirse con la suya sin armar escándalo.
El
hecho es que el pueblo reaccionó con violencia y nadie sabe quién fue.
Dicen que eran estudiantes, infiltrados del Moir, del Polo Democrático.
Imposible saberlo. Así fueran protestantes pagados y no espontáneos, hay
que tener una vida muy jodida para dejarse comprar por un movimiento
político.
Las
autoridades sacaron una lista con fotos de 52 personas que causaron
destrozos y aunque no se sepa nada de ellos, no es descabellado pensar
que llevan una vida difícil. Uno ve las fotos y no ve delfines ni
estudiantes de Los Andes. Son hijos de nadie, gente común y corriente
que quizá atiende en un restaurante de comida rápida. Personas que de
vivir en tierra caliente dormiría en cuartos sin aire acondicionado;
ninguna hace parte de las 12 familias que controlan Transmilenio y se
reparten sus ganancias.
Para
confirmar mis sospechas, esta semana se entregó el de la foto número
37. Se llama Michael Stewart, que en colombiano es ‘Maicol Estiuart’. Lo
entregó la mamá y dijo ante las cámaras que había reaccionado así
porque lo habían provocado los del ESMAD. Verdad o no, El ESMAD suele
ser la cara visible del sistema que nos tiene jodidos. Cuando tu vida es
una mierda, agarra Transmilenio a patadas. Yo lo haría.
Los Tiernos
by Adolfo Zableh, 29/03/2012
Los tiernos tienen la culpa de los males del mundo, todo lo que tocan lo corrompen.
Mire por ejemplo esas fotos que están tan de moda en internet que vienen con un marco negro y una leyenda debajo. No son una mala idea, pero porque son pesimistas. Recuerdo en especial una de una niña con la cabeza sobre el tablero del salón de clases, desesperada porque no puede resolver unos problemas de matemáticas. Debajo se lee: “Fuck this shit, I´ll be a stripper”. Acá la foto. bit.ly/Hto4zg
Mire por ejemplo esas fotos que están tan de moda en internet que vienen con un marco negro y una leyenda debajo. No son una mala idea, pero porque son pesimistas. Recuerdo en especial una de una niña con la cabeza sobre el tablero del salón de clases, desesperada porque no puede resolver unos problemas de matemáticas. Debajo se lee: “Fuck this shit, I´ll be a stripper”. Acá la foto. bit.ly/Hto4zg
Pero
llegaron los tiernos a dar sus aportes y se cagaron todo. Ahora lo que
encuentra uno son fotos iguales, pero con mensajes positivos. Hay una de
un perrito con mirada tierna, dos patas artificiales con rueditas y la
frase “Porque si él no se rinde, tú tampoco deberías hacerlo”. Lo único
que dan ganas es de agarrarlo a patadas a ver si pierde las otras dos
patas y de paso se muere. bit.ly/GZxrXj
Los
tiernos lo joden todo, pero no porque sean malos. Lo que pasa es que se
toman todo en serio, todo literal. Creen en grandes causas como la
felicidad. Creen en Dios y en que Jesús dio la vida por nosotros porque
así se los dijeron de niños y nunca se lo cuestionaron. Eso los
convierte en instrumentos de la gente mala del mundo.
Los
tiernos y cursis regalan tarjetas de Timoteo y dedican canciones de
Arjona. Degradan el lenguaje al decirle senos y cola a las tetas y el
culo, que es como se llaman. Esos imbéciles cogieron la telenovela
argentina “La malparida” y la rebautizaron para Colombia como “La
traicionera”. Los tiernos se visten mal y decoran su casa peor, con
adornos de porcelana, lámparas de Baccarat y grandes camas de madera con
grabados. De sus paredes cuelgan cuadros de una mujer desnuda hechos
por ningún pintor italiano del Renacimiento. Los cursis creen que
regalar rosas rojas y llevar mariachis son el mejor detalle, se casan
“para toda la vida” y ponen a la gente a ir a su matrimonio en esmoquin.
Mark
David Chapman paga desde hace años un crimen que no cometió. Él no mató
a Lennon, fueron los cursis, que tomaron Imagine como himno y nos
hicieron odiar su fase postBeatle.
Los
tiernos cantan con fervor el himno nacional “Porque la patria y la
madre son lo más grande”, piensan que Yo me llamo apoya el talento
nacional y que Amparo Grisales es nuestra diva. Creen en la democracia,
en “Tu voto vale” y en “Si no votas no puedes quejarte del gobierno”.
Son los que celebran Navidad y Halloween, el Día del amor y la amistad,
el Día de la madre, el de la tierra y el del periodista. Creen que la
vida es sagrada pero no saben por qué. Los malditos tiernos de este
mundo de puta mierda son los que ven un comercial de televisión con
niños hablando a media lengua y se derriten; son los que compran torta y
le cantan el feliz cumpleaños al compañero de oficina; son los que le
van a preguntar a Paul McCartney qué piensa de Colombia, su comida y sus
mujeres.
Los
cursis celebran la llegada del viernes y no entienden que su vida se
les está escapando de siete en siete. Los tiernos mantienen vivo al
sistema financiero, las urnas de votación y las religiones del mundo. Lo
dicho, tienen la culpa de todo y no se dan cuenta de ello.
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